El cannabis medicinal se ha convertido en una alternativa eficaz para tratar diversas condiciones de salud, desde dolor crónico hasta problemas de ansiedad o inflamación. Sin embargo, su efectividad depende mucho de cómo se consuma. A continuación, te presentamos cuatro formas populares y seguras de uso medicinal:
1. Vaporizador
El uso del vaporizador permite inhalar los compuestos activos del cannabis sin combustión, lo que reduce la exposición a toxinas presentes en el humo. Es ideal para quienes necesitan un efecto rápido, ya que los cannabinoides llegan directamente al torrente sanguíneo a través de los pulmones.
2. Edibles
Los productos comestibles como galletas, chocolates o cápsulas ofrecen una forma discreta y prolongada de consumir cannabis medicinal. Aunque el efecto tarda más en aparecer, suele ser más duradero, lo que los hace útiles para tratar síntomas crónicos como dolor o insomnio.
3. Aceites, macerados y resinas
Los aceites y extractos permiten una dosificación precisa y controlada, siendo útiles para pacientes que requieren un tratamiento constante. También incluyen macerados y resinas que se pueden incorporar en cápsulas o directamente bajo la lengua para un efecto más rápido y potente.
4. Cremas y lociones
El uso tópico de cremas y lociones permite aplicar el cannabis directamente en la zona afectada, ideal para dolores musculares, inflamación o problemas de piel. Su efecto es local, sin producir efectos psicoactivos, lo que las hace seguras para quienes buscan alivio sin “colocarse”.